Árboles prehistóricos más vivos que nunca, volcanes humeantes entre la nieve, aguas termales, paisajes montañosos, estepas sin límites, cascadas exuberantes entre roca basáltica y lagunas escondidas. Pasaremos toda las noches de la estadía en un B&B de Caviahue y de allí partiremos cada mañana para las actividades de la jornada. En el Centro Termal Copahue podremos optar por baños termales y servicios de Spa. Los traslado desde Buenos Aires son en avión o autobús a la ciudad de Neuquén, y en ambos casos en minibús (aproximadamente 4-5 horas) hasta Caviahue.

Somuncurá deriva del idioma mapuche y significa «piedra que suena» (curá=piedra; «somún»=que suena, que habla). Haciendo referencia al sonido que emiten las rocas, principalmente el basalto, con el paso constante de los vientos patagónicos. La región de Somuncurá es un Área Natural Protegida, la segunda más grande del país, y tiene características únicas de interés geomorfológico, geológico, climático, biológico y ecológico. Gracias a las personas que forman parte del grupo «Meseta Infinita», es posible pasar unos días completamente inmersos en estos míticos paisajes de la cultura mapuche y participar de actividades de producción local. Las explicaciones de los guías locales nos permiten apreciar plenamente los vestigios de las épocas geológicas. El alojamiento siempre es en casas de familia y la comida elaborada por los anfitriones.

Adónde ir y qué ver en la Patagonia depende del tiempo que tengamos disponible y de nuestros intereses. Por eso, les proponemos las «variantes», opciones al itinerario básico «Patagonia Imperdible», consignando en cada caso los tiempos y los medios. Hacerlas todas sería lo mejor …

Viajar por la Patagonia es una experiencia intensa. Se recorren distancias considerables, en su extremo sur: desde Tierra del Fuego – al oeste sobre los Andes- hasta la costa Atlántica con su fauna marina – al este. Elegir adónde ir es principalmente una cuestión vinculada al tiempo disponible.
La diversidad de paisajes abarca desde glaciares, bosques, desierto y mar, hasta ballenas y pingüinos. Asimismo, los vestigios de las eras geológicas – que se pueden ver a simple vista- junto a los rastros de la primera presencia humana, como los de la epopeya de la colonización evocan la historia de este territorio.
Se puede ir por mar, caminando o volando, conocer muchos turistas o no ver a nadie durante días… Proponemos un itinerario básico, que puede cambiarse de acuerdo a los intereses específicos de cada persona, o al período del año en el que se desee viajar.
La primavera en la Patagonia se despierta a fines de septiembre cuando los días comienzan a alargarse, las temperaturas se elevan y los vientos se hacen notar. El verano transcurre entre diciembre y mediados de marzo, luego llega lentamente el otoño, con más lluvia pero menos viento. En esta estación las temperaturas varían, pero casi siempre permiten realizar todas las actividades; mientras que en los siguientes meses las horas de sol son pocas y a menudo hay nieve, y una atmósfera muy diferente envuelve al viajero. Para aquellos interesados en la fauna, Península Valdés y la costa atlántica en general son particularmente importantes: ver calendario adjunto.
Si al final siente que no ha visto lo suficiente y quiere ver más, siempre puede regresar. ¡Patagonia es muy, muy generosa con sus visitantes!